viernes, 5 de octubre de 2007

UN CADAVER A LOS POSTRES (MURDER BY DEATH) 1976


SINOPSIS: El multimillonario Lionel Twain invita a cenar a su castillo a los cinco mayores detectives de la historia: Sidney Wang de China, Dick Charleston de Nueva York, Jessica Marbles de Inglaterra, Milo Perrier de Bélgica y Sam Diamond de San Francisco. Son recibidos por un mayordomo ciego y en la cena Twain les explica el motivo de su reunión: a medianoche se producirá un asesinato y aquel que lo resuelva se llevará un millón de dólares. (FILMAFFINITY)

COMENTARIO: Divertidísima y delirante comedia a cargo de Robert Moore que puede resultar a todos los efectos una partida de Cluedo con personajes reales. Nos encontramos ante una película inolvidable, con un reparto de verdadero lujo: Peter Sellers, Truman Capote, Peter Falk -el puto Colombo- y Alec Guinness entre otros forman un particular elenco de detectives y acompañantes muy maniáticos y peculiares, que harán sin duda las delicias del espectador (para rematar la cosa, todos tienen un oscuro secreto que esconder...). Un humor bastante brillante y unas situaciones de gran comicidad hacen que la película nos vaya llevando por los derroteros marcados por el anfitrión Lionel Twain, y que nos impliquemos en intentar descubrir quien es el verdadero asesino, como si de una novela negra de detectives se tratase, pero llevada por autenticas parodias de todos y cada uno de los prototipos de detectives existentes:

- Sam Diamond, un rudo y avispado detective (parodia de Sam Spade -El halcón Maltés-), acompañado de su amante, la siempre infravalorada Tess.
-Inspector Milo Perrier, un particular Poirot belga y su espigado ayudante Marcel Cassette.
-Jessica Marble, la Miss Marple de Agatha Christie, acompañada de su enfermera jubilada Miss Withers, medio senil, medio muerta y sumamente divertida.
-Dick Charleston, una estirada y refinada versión de Nick Charles (el hombre delgado) siempre junto a su hermosa y neurótica mujer Dora Charles.
-Sidney Wang (increíble Peter Sellers), clara parodia de Charles Chan, el detective de Fu Manchú, acompañado de su hijo Willie Wang -que parece víctima involuntaria de todas las trampas tendidas hacia su padre-.

Si bien parece que el espectáculo está servido con este particular elenco, tenemos la figura de una sirvienta muda (Yetta) y del simpar mayordomo James Señor Benson Señora, capaz de originar uno de los diálogos más delirantes de la historia del cine:

Dora: Gracias. ¿Y usted es?
Mayordomo: Benson Señora.
Dora: Gracias, Benson.
Mayordomo: No, no, no, no. Benson Señora. Me llamo Benson Señora.
Dick Charleston: ¿Benson Señora?
Mayordomo: Si señor: James Señor Benson Señora.
Dick Charleston: ¿James Señor?
Mayordomo: Sí, señor.
Dick Charleston: ¿James Señor Benson Señora?.
Mayordomo: Sí, señor.
Dick Charleston: ¡Qué raro!
Mayordomo: Era mi padre, señor.
Dick Charleston: ¿Cómo se llamaba su padre?.
Mayordomo: Que raro, Que raro Benson Señora.
Dick Charleston: ¿Su padre era Que raro Benson Señora?
Dora: Ya basta, Dick. Me duele la cabeza.

Por el resto, nos encontramos con una ambientación bien lograda -aunque sin llegar a ser espectacular- en el interior de un apartado castillo lleno de trampas que pretenden eliminar a los detectives, una música bien elegida, y un guión y puesta en escena para echarle de comer aparte. En resumen: La vuelta de tuerca definitiva a la novela policíaca, una divertida y trepidante película que se ríe de todos los tópicos de este genero. De obligada visión tanto por el entretenimiento asegurado, como por ese magnífico reparto. Muy recomendable, y con algunos momentos verdaderamente míticos.

Para más información: http://www.imdb.com/title/tt0074937/

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